martes, 9 de diciembre de 2014

6 errores comunes que hacen perder el tiempo al estudiante.




¿POR QUÉ NO SE HACEN LAS COSAS?
    

            ¿Te sientes frustrado al final del día, por no haber hecho nada? ¿Por qué?

1.    No hay metas y ni prioridades claras. Sin un sentido específico de los objetivos, es imposible administrar y organizar con eficacia tus prioridades. No se puede improvisar, al sentarte para estudiar tienes que saber en todo momento lo que tienes que hacer. Recomendamos los siguientes periodos: periodo inicial, hacer los deberes, periodo intermedio, estudiar y memorizar, y periodo final, preparar los temas, hacer lecturas y trabajos.

2.    No hay planes diarios. Empezar el día olvidando consultar nuestra agenda y sin ningún plan de acción, es una formula ideal para pasarlo haciendo cosas equivocadas. Apunta siempre lo que tienes que hacer, no confíes en la memoria.

3.    Perfeccionismo. ¿Eres incapaz de completar y dejar una tarea hasta que no la has hecho perfectamente? Primero haz lo imprescindible de todo lo que tengas que hacer y después si te sobra tiempo, puedes mejorarlo.

4.  Interrupciones y distracciones. El día puede ir yendo de acuerdo a lo programado…..hasta que aparece un grupo de amigos, animándote a salir. Evita todas las distracciones posibles, sé consciente de cada una de ellas. Cada interrupción cuesta 25 minutos de productividad.

5.    Dejarlo todo para mañana. El mejor momento de empezar a trabajar en tu propósito de estar mejor organizado es hoy mismo. Las postergaciones es uno de los mayores peligros del estudiante, no dejes que se te acumule el trabajo.

6.   Falta de motivación.    El interés no es algo que tenemos o no, también se puede crear y desarrollar. Elimina, si todavía tienes, ideas-eslogan negativos hacia el estudio (“que rollo” “esto no sirve para nada”). Relaciona lo que estudias con la vida, con tu futura actividad profesional. Ensancha el concepto de “utilidad”. Hay estudio o materias que no nos parecen útiles ahora, pero resultan muy útiles a la larga: aprender a pensar críticamente, a expresarse bien por escrito, etc.

 Francisco J. Arroyo
Psicólogo escolar



martes, 26 de agosto de 2014

Harvard y los 13 Tips que harán más felices a los estudiantes.




Hace ya algunos años, que circula por la red, un archivo titulado “13 tips para ser feliz según la Universidad de Harvard”. Este proviene del curso de Psicología Positiva dictado en la primavera de 2006, por el Dr. Tal Ben-Shahar, mismo que llegó a ser el más popular de la prestigiosa casa de estudios y en el que su contenido fundamental es enseñar a los alumnos a ser más felices.
Desde hace ocho años, la clase atrae a 1400 alumnos por semestre y 20% de los graduados de Harvard toman este curso electivo. Según Ben Shahar, la clase -que se centra en la felicidad, la autoestima y la motivación- les da a los estudiantes herramientas para conseguir el éxito y encarar la vida con más alegría.
Este profesor de 35 años, que algunos consideran “el gurú de la felicidad” destaca en su clase 13 consejos clave para mejorar la calidad de nuestro estado personal y que contribuyen a la generación de una vida positiva:
Tip 1. Practica actividad física: Expertos aseguran que hacer ejercicio ayuda a mejorar el ánimo. 30 minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés.
Tip 2. Desayuna: Algunas personas se saltan el desayuno por falta de tiempo o para no engordar. Estudios demuestran que desayunar te da energía, te ayuda a pensar y desempeñar exitosamente tus actividades.
Tip 3. Agradece a la vida todo lo que tienes: Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. ¡Enfócate en las cosas buenas!
Tip 4. Sé asertivo: Pide lo que quieras y di lo que piensas. Ser asertivo ayuda a mejorar tu autoestima. Ser dejado y quedarte en silencio genera tristeza y desesperanza.
Tip 5. Gasta tu dinero en experiencias: Un estudio descubrió que el 75% de personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en viajes, cursos y clases; mientras que sólo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas.
Tip 6. Enfrenta tus retos: Estudios demuestran que cuanto más postergas algo, más ansiedad y tensión generas. Escribe pequeñas listas semanales de tareas y cúmplelas.
Tip 7. Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados: Llena tu nevera, tu computador, tu escritorio, tu cuarto, TU VIDA de recuerdos bonitos.
Tip 8. Siempre saluda y sé amable con otras personas: Más de cien investigaciones afirman que sólo sonreír cambia el estado de ánimo.
Tip 9. Usa zapatos que te queden cómodos: Si te duelen los pies te pones de mal humor asegura el Dr. Keinth Wapner, Presidente de la Asociación Americana de Ortopedia.
Tip 10. Cuida tu postura: Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia enfrente ayuda a mantener un buen estado de ánimo.
Tip 11. Escucha música: Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, esto te va a alegrar la vida.
Tip 12. Lo que comes tiene un impacto en tu estado de ánimo:
- No te saltes comidas, come algo ligero cada 3 ó 4 horas y mantén los niveles de glucosa estables.
- Evita el exceso de harinas blancas y el azúcar.
- ¡Come de todo!
- Varía tus alimentos.
Tip 13. Arréglate y siéntete atractivo: ¡Ponte guapo! El 41% de la gente dice que se sienten más felices cuando piensan que se ven bien.
Respaldado por una de las comunidades científicas más influyentes del mundo, a estos consejos emanados del curso deberíamos darles el beneficio de la duda y ponerlos en práctica, para comprobar si logramos más felicidad.
Fuente: http://www.eloriente.net/home/2014/08/22/harvard-y-los-tips-para-ser-mas-feliz-viernesdefelicidad/?utm_content=buffer7329b&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

miércoles, 23 de julio de 2014

10 Pautas para que los alumnos aprendan a aprender



10 Pautas para que los niños y niñas aprendan a aprender

  1. Fomenta la reflexión sobre el propio aprendizaje. Haz que el niño/a se pregunte que quiere aprender, porque quiere aprenderlo y cómo va a hacerlo.
  2. Trabaja la autoeficacia y la autoestima ofreciéndole tareas que supongan un reto, pero que sea alcanzable. Deben tener alguna dificultad pero al mismo tiempo que puedan solventar.
  3. Ante nuevos aprendizajes, ayúdale a comenzar analizando los conocimientos previos que tenga sobre el tema. Aprender a aprender significa poder establecer relaciones con otros contenidos y basarse en ellos, de esta forma se produce un verdadero y significativo aprendizaje, distinto a la memorización o copia.
  4. Deja que sigan su propio ritmo. Cada persona es distinta y el aprendizaje se construye, esto implica un proceso que cada cual ha de seguir con su ritmo personal.
  5. Favorece su papel activo en la construcción de aprendizajes. Ante la tarea de aprender el protagonista es el sujeto que aprende y su papel por lo tanto ha de ser activo en la creación de estos aprendizajes. Para ello, permítele e incítale a la práctica, la indagación y el desarrollo de las competencias o el saber hacer.
  6. Enséñale a evaluar el desarrollo de su aprendizaje. Esto implica la reflexión durante el desarrollo del proceso de aprendizaje. Es decir haz que reflexione y que se dé cuenta de que es lo que aprendido y como lo ha hecho.
  7. Muéstrale que el error es una fuente de aprendizaje.Enséñale a aprender de los errores reflexionando sobre los mismos.
  8. Dale apoyo emocional y autoestima para afrontar las dificultades que surjan durante el proceso y se enfrenten al fracaso sin abandonar.
  9. Despierta su interés y su motivación, hazle ver la utilidad de lo que aprende y trata de aportarle medios y materiales para que se produzca una verdadera situación de creación de aprendizajes.
  10. Ayúdale a reflexionar sobre sus avances en el proceso. Es importante que vean los logros alcanzados.

Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@Celia_RodrigRu

jueves, 1 de mayo de 2014

Memorizar para no olvidar

Según la Real Academia de la Lengua (R.A.E) la memoria “es la facultad de la mente por la cual los actos mentales y estados de conciencia pasados se retienen, evocan y reconocen”. Hamilton define la memoria como la “facultad de conservar lo que está en el cerebro y representar y rememorar las situaciones cuando es preciso”.


Ahora bien, ¿Cómo te imaginas que funciona la memoria? La memoria forma parte del cerebro y en éste hay células que se llaman neuronas. Las neuronas y sus prolongaciones emiten señales químico-eléctricas para transmitir la información o el mensaje de una neurona a otra. Una información que almacenas en la memoria no es más que una conexión entre una neurona y otra. Para que esa conexión perdure, se tiene que dar el tiempo, de a ahí que la preparación intensiva no tenga sentido, el tiempo es necesario para la memorización.

Las fases de la memoria son tres: registro, retención y recuperación. El registro es el proceso inicial de entrada de información. Intervienen procesos mentales como los sentidos, la atención y la percepción (desde un punto de vista práctico tendría que ver con la organización del estudio, las distracciones,  la lectura comprensiva, tomar apuntes etc, etc). No recordamos datos aislados, recordamos cosas en su contexto, los bueno ajedrecistas tienen en la memoria el tablero en su conjunto y no las piezas por separadas. La retención es el intervalo entre el registro y la recuperación, no es un fenómeno observable, sólo podemos inferirlo. Depende mucho de la motivación, el interés y la repetición. Por último, la fase de recuperación es hacer salir la información que hemos retenido. La Ley de Ribot dice que nuestros recuerdos no son estáticos, cada vez que recuperamos una información en la memoria, lo integramos de forma más profunda en nuestra red de recuerdos y, por tanto, hacemos que sea más improbable que desaparezca.

La definición de la R.A.E incluye como una de las funciones de la memoria el reconocimiento. El reconocimiento es una actividad más fácil que al recuperación pura y dura. Utiliza estímulos externos para recuperar la información, por ejemplo en los exámenes tipo test la respuesta te la dan y es más fácil identificarla. En la rememoración es el alumno quien tiene que aportar ese estímulo primero y esto es más difícil. En éste caso es importante tener en cuenta lo que se ha dado en llamar la “codificación elaborada” que es convertir las cosas aburridas que queremos grabar en la memoria, en algo tan colorido, tan emocionante y tan distinto de todo cuanto uno ha visto antes, para que no se pueda olvidar. La idea es convertir algo poco memorable, como una lista de fechas, en una serie de imágenes visuales fascinantes y distribuirla mentalmente en un espacio imaginario, de repente esos elementos poco memorables se tornan memorables. Rememora mentalmente lo que has memorizado y corrige los fallos.


¡Algo más de teoría para no olvidar!

-         La memoria es imprescindible en todo proceso de aprendizaje, es el auxiliar de la inteligencia y la base de toda actividad. Aunque la memoria está muy ligada  a la inteligencia, hay que entender que incluso una memoria mediocre es sumamente poderosa si se usa de manera adecuada.

-     Sin atención no hay memorización posible, por eso cuando no prestamos la suficiente atención a determinadas circunstancia lo olvidamos, por ejemplo el nombre de una persona cuando nos la presentan (prestamos más atención a su forma de vestir, el habla, etc).

-          Sin motivación no podemos activar la atención. No debemos confundir ganas con motivación. La motivación es tener motivos. ¿Puede un estudiante estudiar cosas aburridas y poco interesantes? La respuesta es sí, si la motivación es suficiente.

-          La comprensión es imprescindible para la memorización. “La memorización del sinsentido, no tiene sentido”. Necesitamos comprender aquello, que leemos, oímos o hacemos, de lo contrario no conseguiremos memorizarlo.

-          La mejor forma de evitar el estancamiento es practicar los fallos. 


Francisco J. Arroyo Ortega

Utilizar cintando al autor y la página web


martes, 25 de marzo de 2014

La influencia de nuestros pensamientos en el estudio.



El éxito de cualquier cosa que emprendamos en la vida dependerá en gran medida de la actitud que tomemos para abordarla. Podemos hacerlo desde el temor y la inseguridad, o desde la ilusión y la confianza. 

Cuando nos dejamos llevar por nuestros miedos, pronto adoptamos una actitud pasiva y con tendencia al descontento, y nuestros pensamientos son algo parecido a:  - Quizás ahora no sea buen momento para empezar
 - Esto no va a funcionar
 - No tengo fuerza de voluntad. 

Cuando abordamos el estudio con una actitud confiada y positiva, que es nuestro propuesta , estamos enfocados con palabras del tipo:

 - Ahora es el momento de hacerlo 
 - Yo voy a hacer que esto funcione 

El pensamiento positivo no solamente nos ayuda a dirigir nuestra conducta de manera adecuada, sino que también abre las puertas a nuestra creatividad, a superar los momentos bajos y a perseverar hasta que consigamos nuestros objetivos. El método “Harvard” no sólo te enseña unas técnicas para estudiar de forma adecuada, te ayudamos a fijar tus metas y te apoyamos hasta que las consigas. Es posible que hayas intentado tener éxito en tus estudios en múltiples ocasiones con anterioridad, y que no lo hayas conseguido. ¿Por qué hacerlo así y ahora? Porque tus metas son las nuestras. 


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…..  LAS 7 HERRAMIENTAS DEL ÉXITO

viernes, 14 de marzo de 2014

EL ÉXITO EN LOS ESTUDIOS: LAS TÉCNICAS, EL ESFUERZO Y LA PREPARACIÓN MENTAL




Las técnicas, el esfuerzo y una buena preparación mental son la clave del éxito en una oposición y pueden compensar otras muchas desventajas, pero debe acertar en una cosa importante: buscar una oposición donde la competencia no sea muy alta. Hay que ser realista, no podemos competir con mentes brillantes.

Si has escogido bien la oposición ……!adelante!

No es posible ganar un juego que entras a jugar con un pensamiento perdedor y lo que diferencia a un perdedor de un ganador, es que el ganador asume que en última instancia depende de él. Tienes toda la capacidad necesaria para aprobar una oposición, empieza a creer en ti mismo. Busca la oportunidad de seguir adelante. Ya te podemos felicitar por haber dado un paso muy importante, te has apuntado a un curso de técnicas de estudio. No te has quedado esperando, sino que has buscado una oportunidad. Mientras tu creas que es posible, la posibilidad existe y si hay muchas oportunidades.

“Si quieres lograr, lo que aún no has alcanzado, necesitas hacer, lo que aún no has intentado”


Cómo mejorar la motivación


1.    Mejora tus técnicas de estudio. La mala organización y el utilizar técnicas de estudio inadecuadas desmotiva.

2.    El éxito motiva. No siempre obtenemos éxitos importantes, pero sí pequeños. Reconoce los éxitos parciales. ¿Piensa en las situaciones que has tenido éxito? Quizás en alguna ocasión has aprobado un examen muy difícil, pues esa es la prueba de que tienes toda la capacidad del mundo para poder aprobar.


3.    Lo ideal y lo real. Una de las explicaciones del decaimiento está en acentuar la oposición entre lo real y lo ideal. Uno se propone metas tan ideales, o piensa que puede aprobar cualquier oposición.

¿Podría aprobar cualquier oposición? Evidentemente NO.

4.    Corrige las distorsiones de tu auto-concepto como estudiante. Nos creemos peores de lo que en realidad somos. Nos evaluamos negativamente. Intenta decirte cosas positivas sobre ti mismo (consultar anexo, auto-verbalizaciones positivas). PIENSA POSITIVAMENTE.

5.    Descubre y crea interés. El interés no es algo que tenemos o no, también se puede crear y desarrollar. Elimina, si todavía tienes, ideas-eslogan negativos hacia el estudio (“que rollo” “esto no sirve para nada”). Relaciona lo que estudias con la vida, con tu futura actividad profesional. Ensancha el concepto de “utilidad”. Hay estudio o materias que no nos parecen útiles ahora, pero resultan muy útiles a la larga: aprender a pensar críticamente, a expresarse bien por escrito, etc.


6.    Explica correctamente tus resultados. Evita explicar los resultados positivos por la suerte o por otra causa que no seas tu mismo. Cuando el resultado es negativo conviene que las explicaciones sean internas (la causa de mis resultados está en mí), inestables (la causa puede variar) y controlables (su modificación depende de mi).

7.    Reacciona adecuadamente a la frustración y al fracaso. No consideres el fracaso como algo inevitable y definitivo. No proyectes la responsabilidad fuera de ti. Tampoco te limites a culparte a ti mismo con expresiones: “soy un desastre”, “no valgo para nada”. Mantén el esfuerzo y no “tires la toalla”. La experiencia de un fracaso no es el momento mejor para plantearse abandonar la carrera. Aprende de los errores.


8.    Evita falsas defensas. Negar la realidad: no reconocer lo evidente. Racionalizar: explicar los resultados poco favorables aportando una serie de razones poco justificadas “la asignatura no es importante” “el profesor explica mal”. Disminuir el trabajo como justificación.

9.    Acepta que tú no puedes controlar todo. Busca entender qué cosas puedes cambiar y qué cosas no.

 Francisco J. Arroyo 
Psicólogo escolar



lunes, 6 de enero de 2014

Cómo estudiar sin pensar que estás estudiando.


  • Estudiar de pie. Si algo recuerdo de mi época de estudiante son las horas que pasé estudiando de pie. Lo cierto es que se trata de una forma de estudiar que cada vez recomiendo más a los alumnos y a las familias. El estar de pie rebaja la ansiedad que muchas veces provoca estar  sentado delante de unos apuntes. Es muy recomendable que el alumno esté unos minutos sentado para intentar retener la máxima información posible y luego se ponga de pie y, mientras va caminado, repase mentalmente aquello que se ha preparado durante el tiempo que ha permanecido sentado.
  • Cronometrarse. Otro de los problemas que sufren muchos alumnos a la hora de estudiar es la pésima gestión que hacen del tiempo. De ahí que sea tan importante que se exijan a sí mismos un tiempo limitado para aprenderse lo que sea preciso. En este sentido es muy útil utilizar un cronómetro -hoy en día muchos móviles lo llevan incorporado- para fijar el tiempo que necesito para aprenderme algo. El alumno debe cronometrar tanto el tiempo que necesita para estudiarse algo como el tiempo que necesita para demostrarse a sí mismo que se lo sabe. Se trata de ir fraccionando el tiempo de estudio para que de esta manera haya un tiempo para memorizar y otro tiempo para demostrar que has aprendido lo que has memorizado.
  • Usar una pizarra. Otro método muy útil para el estudio consiste en que los alumnos tengan en su casa una pequeña pizarra. Esta pizarra es un instrumento tremendamente útil porque les permite cambiar de rol y pasar de ser estudiantes a ser profesores. Algunos de mis alumnos están estudiando de esta forma y me han comentado que les funciona muy bien. Los alumnos copian en la pizarra los conceptos, definiciones, ejemplos a estudiar. Al escribirlos, lo que hacen es fijar las palabras en la memoria, es decir, trabajan la memoria visual. Pero además de trabajar la memoria visual hablan o recitan en voz alta la lección y ello también ayuda y mucho a fijar los contenidos. Además, cuando se hablan a sí mismos están explicando aquello que han entendido, en lugar de memorizarlo. Lograr que aprendan a explicar lo que han aprendido en lugar de memorizar lo que han aprendido, les permitirá retener lo aprendido durante más tiempo e impedirá que se bloqueen el día de una prueba o examen si no les viene a la cabeza alguna palabra de una definición, por ejemplo.
  • Hacer listas. No entraré en este capítulo sobre la importancia de subrayar las palabras clave de un texto o elaborar diferentes tipos de esquemas como los Esquemas de Cajas o los Esquemas de Columnas. Tanto subrayar como hacer esquemas es una magnífica forma de estudiar, si no la mejor, porque convertimos el estudio en algo mecanizado, en algo procedimental. Además tiene la ventaja de que son dos tipos de Técnicas de Estudio en las que el alumno es consciente de cuando empieza y de cuando acaba. Es por ello que la elaboración de listas, el ir escribiendo los conceptos y las palabras clave de la unidad es algo que podemos hacer de una forma mecanizada y repetitiva para que se nos vaya fijando poco a poco en la memoria. Para saber más sobre las palabras clave de un texto y el esquema como método de estudio recomiendo los artículos titulados Cómo enseñar a tus alumnos a encontrar las palabras clave de un texto y 7 beneficios que aporta el esquema en el estudio.
  • Hacer preguntas. Otro método que suele funcionar a los alumnos es hacerse preguntas sobre aquello que van aprendiendo. De lo que se trata es que las primeras preguntas que se hagan a ellos mismos sean preguntas cerradas, es decir, que se respondan con un sí o un no. Y a continuación pueden aumentar el nivel de dificultad y pasar a las preguntas abiertas. La respuesta a estas preguntas son las que le servirán para estudiar sin tener que memorizar. Es importante que las respuestas se escriban en un papel o se digan en voz alta para que también queden fijadas en la memoria.
  • Rendir cuentas. Siempre les digo a mis alumnos que no deben esperar el día de una prueba para demostrarse si han aprendido aquello que han estudiado. Es por ello que les recomiendo que una vez crean que han finalizado el estudio hagan que otra persona se convierta en su examinador. En este sentido la ayuda de padres y hermanos resulta tremendamente útil y no implica una inversión de tiempo por parte de las familias. Es el alumno el que realiza el estudio de forma individual y en solitario, pero creo que es francamente útil que el alumno rinda cuentas de lo que ha estudiado para una prueba a algún familiar. De esta forma sabrá si está o no preparado para la prueba o cuáles son sus puntos débiles en los que debe insistir.
  • Escribir para aprender. En aquellos alumnos con un déficit importante de atención es conveniente el uso de la escritura para el estudio. Al ser incapaces de estar frente a una hoja y aprendérsela, de lo que se trata es de que vayan copiando una y otra vez aquello que es pertinente del tema. La escritura convierte del estudio en una actividad mecánica, en una actividad pautada que permite aumentar la atención y la concentración y así trabajar de forma mecanizada la memoria visual.
Soy consciente de que la Escuela tal y como la entendemos hoy en día es algo más que memorizar definiciones y volcar conceptos en un papel. Pero creo que el estudio y la memoria son destrezas que los alumnos tarde o temprano deben ir adquiriendo porque forma parte de su proceso de enseñanza-aprendizaje. Y en este sentido los docentes creo que tenemos una enorme responsabilidad. Y en esa responsabilidad entra el hecho de que seamos capaces de enseñares métodos alternativos y que se adapten a su forma de ser y al mundo en el que les ha tocado vivir. Y es por ello que debemos invertir un tiempo, repito, invertir tiempo de nuestras asignaturas para que vayan adquiriendo estas destrezas que les permitan trabajar aspectos como el razonamiento, la memoria y el estudio. Porque
TODO SE PUEDE APRENDER. TODO SE DEBE ENSEÑAR.
Espero que este artículo os haya sido de utilidad.

Acerca del autor

Santiago Moll ejerce como profesor de Secundaria y es el autor del blog 'Justifica tu respuesta'. Este blog educativo habla sobre aspectos relacionados con la práctica docente y su interacción con las Nuevas Tecnologías. Santiago Moll